El Parlamento suizo -al menos una mitad del mismo- quiere que los conductores profesionales no tengan que pagar el precio íntegro de sus pecados privados en caso de sanciones y multas de tráfico, como la retirada del carné.

El Consejo Nacional ha aprobado una moción en la que pide al Consejo Federal que modifique la ley en consecuencia. En su moción, la consejera nacional Edith Graf-Litscher (SP, TG) exige "que la autoridad competente tenga la opción de diferenciar más claramente entre sanciones privadas y profesionales para los conductores profesionales en caso de suspensión del permiso de conducir de conformidad con los artículos 16 y siguientes de la SVG".

En concreto, según la consejera nacional (trabaja para el sindicato de transportistas SEV), la duración de la prohibición de conducir tras una infracción por exceso de velocidad en moto sería diferente para motos y autobuses. Tales diferenciaciones ya son posibles hoy en día, pero Litscher-Graf argumentó que las autoridades cantonales competentes apenas tendrían más margen de maniobra como consecuencia del endurecimiento de Via Sicura.

El Consejo Federal se opuso a flexibilizar la legislación, pero no fue escuchado por el Consejo Nacional en la sesión de verano; la moción fue aprobada por 165 votos a favor y 15 en contra. La pelota está ahora en el tejado del Consejo de los Estados.

La oficina federal responsable tendría entonces que concretar la legislación. Entre otras cosas, tendría que aclarar qué es un "conductor profesional". El conductor de autobús sin duda lo es, el taxista probablemente también. Pero, ¿y un deshollinador o un técnico de servicios informáticos?

Texto: Daniel Riesen